Hemos vuelto después de mucho tiempo sin opinar en este blog. Mucho tiempo hacía que no escribíamos nada por aquí, pero ni así ha mejorado tampoco nada en nuestro importante Ayuntamiento de nuestra importante ciudad.

Ahora está muy claro que la culpa no era nuestra. De los que opinamos. De los que tenemos opinión, como tú y yo, me refiero. Callados no ayudamos a mejorar a los malos gobernantes.

Por opinar sobre lo bueno y por criticar lo que se hace mal, al menos, pasan cosas. Hay gente con vergüenza y hay gente con orgullo que se siente afectada. Algo movemos.

¡Opina!

Los «malos incapaces» y los «malos de maldad», rápidamente señalan a las opiniones críticas como las culpables de que sus «magníficos» proyectos resulten ser solo anuncios, cosechar malos resultados o ser solo aire hasta el siguiente anuncio.

Pero es falso. El silecio es malo. Hablar es mejor.

Sin opinar, sin decir nada (especialmente callados durante la Pandemia), todos «los malos» lo siguen haciendo mal y siguen sin hacer casi nada bien. Y tan tranquilos.

Pero vamos también a desescalar el silencio en Alcalá de Guadaíra. Es lo que toca.

¡Opinemos!

Es verdad que, releyendo algunas cosas que antes he opinado por aquí, me arrepiento de algunas de las formas empleadas. Lo siento, de verdad. Espero hacerlo ahora mejor. Pido disculpas, pero sin un poco de «salsa sarcástica» no te lee nadie sobre política. Y si no te lee nadie, no sirve para nada lo que escribes.

Lo dicho: Yo me «desescalo» del silencio.

No sigamos callados viendo como queman el pueblo para vendernos humo con notas de prensa, año tras año. Habla.

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