Todos estábamos avisados. Todos lo temíamos. Todos sabemos quién lo ha subido. Pero en lugar de quejarse, más de un tercio de los votantes lo que tienen que hacer es pagarlo y callarse, desgraciadamente para todos.
Ya están llegando los recibos del IBI como avisamos que pasaría, justo después de las elecciones. Para darnos el verano con una subidita y pagarlo en dos cómodos plazos. A la sarna le gusta el calor, casualmente.
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